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Posted: 2015-05-20T17:41:49Z | Updated: 2016-05-20T10:12:02Z Carta a un ciudadano americano: Aprendizajes de campaa | HuffPost

Carta a un ciudadano americano: Aprendizajes de campaa

Unos buscan en las encuestas respuestas para sus preguntas. Otros buscan en las encuestas los vacos que hay entre su visin y los ciudadanos.
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Creo que Hillary Clinton sera una excelente presidente de los Estados Unidos. Lo digo porque veo en ella experiencia, ambicin, ganas, pero tambin sensibilidad por los ms pobres, ideales, fuerza para enfrentar a la derecha.

Durante una buena parte de mi vida me he dedicado al manejo de crisis y a la consultora poltica. En ese trabajo, casi siempre fascinante, he conocido presidentes y candidatos de todo tipo. Y tengo, como todos los consultores, batallas ganadas y batallas perdidas.

No hablar de las ganadas, sino de las perdidas. Por ejemplo, he alcanzado lo que puede ser un rcord regional: he perdido tres veces ayudando a una mujer a llegar a la presidencia, dos veces con Noem Sann, en Colombia, y una con Lourdes Flores en Per. Alguna vez, en su primera campaa, alguin del equipo de Bachelet me llam para preguntarme que NO deban hacer. Quiz por eso simpatizo tanto con la campaa de Hillary.

Las derrotas me han enseado ms que las victorias, pero donde he aprendido ms es en el terreno, trabajando con la gente, con los equipos de campaa, con los candidatos mismos, con los gobernantes.

En el mundo de los gobernantes o candidatos hay dos grupos diferentes de personas.

Unos buscan en las encuestas respuestas para sus preguntas. Otros buscan en las encuestas los vacos que hay entre su visin y los ciudadanos. En teora uno dira que los primeros no son tan buenos como los segundos, que stos ltimos tienen una visin y los primeros slo tienen ganas. Pero aunque suele ser casi siempre as, hay excepciones a la regla.

A veces quienes s tienen visin y buscan en las encuestas cmo encontrar puentes entre su visin y los ciudadanos, tienen una naturaleza oscura, que persigue en las entraas del monstruo de la poltica un poder que no tienen como seres humanos. Ante ellos los ciudadanos somos apenas instrumentos de su locura. Son los megalmanos, los dictadores, los caudillos. Ellos creen que son indispensables. Y suelen convencer a las mayoras de que lo son.

Por su parte, y a veces, aquellos que leen encuestas para saber para dnde ir no son simplemente veletas que persiguen el favor de las mayoras sino lderes que quieren llevar a las sociedades en la bsqueda de propsitos comunes y que en ese camino abandonan el expediente de la consistencia para adoptar el de la curacin. Los pueblos, como la gente, suelen necesitar momentos de curacin.

Hay momentos en un campaa en donde entra el diablo y le pregunta al candidato si quiere vender el alma. Alguien, por ejemplo, vende un video de algo terrible de su adversario. Una persona est dispuesta a decir que el contrincante es esto o aquello. Un consultor propone una tctica propia de la guerra sucia. Una organizacin criminal ofrece dinero para derrotar al adversario sin que ese dinero entre a la tesorera formal de la campaa.

En las campaas hay, siempre, divisin. Unos dicen que por supuesto que hay que hacerlo. Compremos el video, dicen. Oigamos al testigo. Recibamos el dinero ensangrentado. Otros en cambio, saben que llegar as al poder es perderlo de repente. Que la leyenda del Fausto lo ense hace ya tiempo: un da el diablo regresa por el alma que ha comprado.

Yo veo por el mundo a uno que otro candidato o gobernante que le vendi el alma al diablo en su momento y que hoy, sin alma, ha perdido el norte de sus sueos. Negociar con el bajo mundo ya no es un problema sino una costumbre. El poder que administran tiene la mirada ausente de ese mundo y ha perdido la alegra y la esperanza del mundo, cuando haba principios. Aunque sus enemigos dicen que Hillary pact ya con el diablo y que de sus ideales slo queda la retrica, me resisto a creerlo. Pienso que traer un gobierno sensible a los temas de la desigualdad, como el de Obama, pero con mayor capacidad y experiencia para conseguir resultados.

He pensado, cuando veo a los polticos que vendieron su alma al diablo, que la palabra principios es enorme. No es un asunto religioso ni es algo puramente tico. Es el principio. El primer da de la vida. Sin los principios, solo hay finales.

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