Boehner y los "locos" antiinmigrantes de odos sordos

El Papa Francisco complet su visita a Estados Unidos proclamando un mensaje de unidad, fraternidad, colaboracin, humanidad y compasin, pero en el Congreso donde habl el pasado jueves parece que el mensaje cay en odos sordos.

El Partido Republicano no slo lidia con una interna republicana por la nominacin presidencial caracterizada por ser una competencia por el ms extremista en diversos asuntos, incluyendo la inmigracin. Ahora se enfrasca en una lucha de poder por el control de la Cmara Baja tras la renuncia del presidente cameral, John Boehner.

Boehner llora pblicamente con suma facilidad. El da del discurso del Papa Francisco ante una sesin conjunta del Congreso, llor y no sabemos si fue por lo que dijo el Papa o porque ya saba que al da siguiente dejara caer la bomba de su dimisin que, en honor a la verdad, se vea venir por su incapacidad de enfrentar a los bravucones extremistas de la conferencia cameral republicana.

Son los mismos amotinados del Partido de T que prefieren seguir las instrucciones del senador Ted Cruz (R-TX) desde la Cmara Alta que arribar a consensos dentro de su propio partido que permitan la discusin de asuntos pendientes en la Cmara Baja, como la reforma migratoria que bloquearon a su antojo y que han hecho de este Congreso de mayora republicana uno de los ms disfuncionales en la historia reciente.

Es el mismo Cruz que ha dirigido los intentos de cerrar el gobierno federal ante la impotencia de no revocar legislativamente el Obamacare y que ahora ha estado amenazando con otro cierre para no financiar a la organizacin Planned Parenthood por la controversia de los videos en torno al uso de tejido de fetos para investigaciones.

Y es el mismo Cruz a quien Boehner, en su momento, catalog de "imbcil" (jackass).

Lo irnico es que Cruz trata de fortalecer sus credenciales con el sector ms extremista del Partido Republicano, pero la salida de Boehner, aunque a fines de octubre, podra aguarle su fiesta de cierre gubernamental, esta vez por Planned Parenthood. La razn es simple: Boehner seguramente se sentir liberado y podr arribar a acuerdos con los demcratas para poder aprobar medidas presupuestarias temporales que mantengan el gobierno operando.

Si tan slo Boehner hiciera lo mismo con la reforma migratoria que bloque desde 2013, cuando el Senado le envi un proyecto con una larga y tortuosa va a la ciudadana. Pero Boehner, amedentrado por la faccin extremista y antiinmigrante republicana, salt de excusa en excusa para no presentar una versin cameral que pudiera conciliarse con el proyecto S. 744 del Senado. Y luego, cuando el presidente Barack Obama gir rdenes ejecutivas migratorias para amparar de la deportacin a millones, Boehner amenaz con demandar al presidente por "violar" la Constitucin para apaciguar a los antiinmigrantes que de todos modos soaban con su partida.

Pero el dilema es ms complicado que eso. Hace aos que el Partido Republicano libra una guerra civil por el alma de su partido, y su minora ms ruidosa y antiinmigrante es la que dirige la orquesta tanto en el Congreso como en la campaa por la nominacin presidencial, creyendo que la estrategia que le ha supuesto ganancias a nivel estatal y en el Congreso es la misma que les permitir ganar la Casa Blanca en 2016. Quien sustituya a Boehner lidiar con la misma papa caliente.

El viernes el congresista republicano de Nueva York, Peter King, resumi as el efecto de la renuncia de Boehner: "Es una seal de que los locos se han apoderado del Partido".

Los mismos "locos" antiinmigrantes que desoyeron y desoirn las enseanzas del Papa.