Las canchas de ftbol son el frente de batalla contra padres controladores

Las nias de entre cinco y siete aos corran por el campo con la misma coordinacin que una pandilla de gatos ciegos tras un ratn astuto. El baln de futbol se estrellaba ms contra sus piernas que sus piernas contra el baln.

Entre el caos estaba una nia con una playera color de rosa y shorts negros parada en el centro del campo. Ella pareca estar ms interesada en la impecabilidad de su cabello lacio y rubio, y en el contraste de sus tacos negros y brillosos contra un csped verde oscuro y ligeramente hmedo.

sa era mi hija.

Titube por unos momentos. No saba si rer o llorar. Si exigirle a gritos como acostumbro a hacerlo con mis compaeros de futbol cuando juego los domingos, o si era mejor guardar silencio. Decid no decir nada ya que haba otros padres de familia a mi alrededor. Me daba pena decir algo.

Sin embargo, caminaba inquieto por la lnea de banda, como un ladrn nervioso en un Walmart. Un entrenador de futbol se acerc para conversar con mi esposa y conmigo, y casi inmediatamente despus de presentarse comenz a hablar sobre el "cdigo de conducta" de los padres.

Dijo que los adultos deberamos ser modelos a seguir y evitar comportamientos inapropiados como gritarle a los nios como si furamos sargentos del ejrcito entrenando a reclutas recin llegados a la academia. Dijo que tampoco deberamos gritarle a los entrenadores o rferis.

Fue cuando descubr que me encontraba en el frente de batalla contra padres obsesivos y controladores, que con mayor frecuencia comienzan peleas que terminan en los noticieros de la tarde o en videos en YouTube con millones de vistas.

Ya no es raro ver peleas entre padres de equipos opuestos en partidos de nios, incluso cuando tienen cuatro y cinco aos y apenas saben patear un baln. O incluso padres que hacen justicia con sus propias manos y la aplican a los entrenadores despus de un partido de futbol. A veces hasta la polica debe escoltar a los rferis despus de un partido, como si fuera un juego de segunda divisin en un campo en la periferia de la ciudad.

El problema es tan grande que hoy en da algunas ligas obligan a los padres a tomar cursos sobre cmo comportarse en los partidos como condicin para que sus hijos participen en los deportes escolares. Lo hacen para evitar agresiones contra entrenadores y rferis, y tambin para proteger a los pequeos.

HBO recientemente lanz un documental titulado "Trophy Kids" (Nios trofeo) en el que se relata la historia de varios padres obsesionados con que sus hijos sean deportistas estrellas, y los mtodos brutales y contraproducentes que utilizan para presionarlos a dar el mximo.

El documental contiene agresiones verbales de padres en pblico tan difciles de creer que dan pena ajena, y de jvenes deportistas hechos pedazos por las actitudes infantiles de sus paps, tanto dentro como fuera del campo.

Todo esto me lleg a la mente mientras escuchaba al entrenador del equipo nuevo de mi hija hablar sobre sus guidelines para padres de familia. Quiz alcanz a ver algo en mi inquietud corporal que le deca que poda ser un problema en algn futuro, y decidi tomar la iniciativa.

No lo culpo.

Durante su primer partido me qued con las ganas de gritarle a mi hija desde la banda para que pusiera atencin al baln, que le pasaba por los lados como el trfico le pasa a un oficial que dirige el trfico en medio de una interseccin.

Pens en decirle que dejara de jugar con su pelo, que volteara a ver el baln y no a nosotros y que tuviera cuidado con la chica con el nmero ocho en la espalda del equipo contrario, que pareca que tena la pelota pegada a sus pies.

Durante el medio tiempo decidi ir al bao y se tard tanto que se perdi gran parte del segundo tiempo. Seguramente pas tiempo de ms vindose en el espejo, admirando cmo luca con el uniforme puesto. Al terminar el partido decid quedarme callado.

Le pregunt si se haba divertido. Contest que s.

Prefer guardarme el sermn para otro da.

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