Argentina: la poltica elimin a la Seleccin

Dur poco la emocin por el subcampeonato . En las horas posteriores a la derrota argentina frente Alemania, inmediatamente despus, decenas de miles de personas se reunieron alrededor del Obelisco de Buenos Aires a reconocer a su Seleccin. Sin embargo, un extrao incidente cambi todo.

No hubo mayores explicaciones. Un grupo de agitadores comenz a romper lo que fue encontrando a su paso, enfrent a la polica y termin frustrando un sentido encuentro popular. Hubo ms de 100 detenidos y otros tantos heridos .

Tampoco est claro el motivo del conflicto, que alcanz para tapar buena parte del orgullo y las sonrisas que haba generado el equipo nacional.

Los anlisis entrelneas denuncian una clara intencionalidad poltica. En esa lectura, el objetivo habra sido frustrar el buen humor social por la gran actuacin futbolstica de uno de los pases ms fanticos del mundo.

El gobierno de Cristina Fernndez de Kirchner fue todava ms all y denunci que los desmanes haban sido iniciados por barrabravas de Independiente y Chacarita , dos clubes cuyas autoridades -en los papeles o en las sombras- son figuras opositoras al Gobierno.

Fue un golpe certero al corazn del festejo. Al da siguiente, las portadas de los peridicos -que estaban reservadas para el espectculo deportivo- se dividieron entre el drama de la derrota y la violencia en las calles de la capital.

El dato no pas inadvertido para los jugadores de la Seleccin, que cancelaron el desfile organizado por el Gobierno. "No estn dadas las condiciones de seguridad ", explicaron sus mximos referentes, sealando los incidentes del da anterior.

Cristina haba imaginado dos encuentros con Messi y los suyos. El primero, en el predio de Ezeiza, donde suele entrenar la Seleccin, y hasta donde efectivamente lleg la Presidenta . El segundo, en un escenario montado en la avenida 9 de Julio, alrededor del cual se haban agolpado desde temprano miles de personas. Este ltimo era el ms importante de los dos. No pudo ser.

Como siempre, ms que nunca, la poltica argentina -o lo peor de ella- decidi intervenir en una actividad en la que nada tena que hacer, al solo efecto de arruinarla. De transformar la realidad negativamente. De frustrar media alegra. Y lo consigui.

Los incidentes lograron sembrar pnico por un par de horas, primero, y frenar el acto con las estrellas de la Seleccin, despus.

Los autores intelectuales del caos habrn credo que convertan un triunfo moral en una derrota de Cristina. Pero ellos tambin perdieron. Cuando hay violencia, no gana nadie. Cuando un puado de vndalos tuercen la voluntad de cincuenta o cien mil, mucho menos. Perdemos todos.