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Posted: 2014-05-01T19:06:15Z | Updated: 2014-07-01T10:12:01Z Por qu votamos corrupcin | HuffPost

Por qu votamos corrupcin

La cultura argentina, infectada de corrupcin, prefiere al malo conocido que al bueno por conocer...
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Algunos das atrs renunci Javier Cantero , presidente de Independiente, uno de los clubes ms importantes de la Argentina. Se fue en medio de un escndalo deportivo e institucional sin precedentes, dejando al club al borde de la quiebra y en la segunda divisin del ftbol local, un hecho tan indito como dramtico.

Arde #Independiente : renunci el presidente Javier Cantero http://t.co/hjxHNFWZWP | pic.twitter.com/Aq4eLoC397

— C5N (@C5N) March 25, 2014

Cantero haba asumido en diciembre del 2011 con la promesa de combatir la supuesta corrupcin estructural que haba instalado su antecesor, Julio Comparada. Durante algunos meses, fue la cara ms vista de la televisin y la voz ms escuchada de la radio. Su gestin lleg a ser considerada ejemplar por su combate frontal contra los oscuros negocios del pasado y la violencia que dominaba la institucin.

Sin embargo, con el paso del tiempo, la firme declaracin de transparencia empez a mostrar algunas grietas. En especial, en la parte estrictamente futbolstica, es decir, el principal bien del club.

Independiente, apodado "Rey de Copas" por sus logros a nivel nacional, regional y mundial, apareca en cada libre, con un riesgo cada vez ms evidente de perder la categora. Cantero enfrent esa situacin con dudas y falta de autoridad. Equivoc el camino tantas veces que finalmente el equipo descendi. Por primera vez en su historia.

En el medio, agobiado por los malos resultados deportivos, abandon la lucha contra la violencia y contra la corrupcin, arriesg la administracin y las finanzas, y termin yndose por la puerta de atrs.

Algn tiempo atrs, haba ocurrido lo mismo con Daniel Passarella, presidente de River, el club ms importante de la Argentina, quien haba prometido que con l se acababa "la fiesta", en respuesta al supuesto despilfarro del ex presidente Jos Mara Aguilar.

Como Cantero, Passarella mand a River a la segunda categora . "Me prepar para ganar, no para gobernar", se excus el ex futbolista.

Ambas nefastas experiencias se asemejan a otra mucho ms trgica para la Argentina, que deriv en la renuncia de Fernando De La Ra en diciembre del 2001. "Dicen que soy aburrido ", ironizaba De La Ra en su camino hacia la presidencia, a modo de promesa, con el compromiso ponerle punto final al descalabro de la dcada menemista.

De La Ra, como Cantero, como Passarella y como tantos otros, se ahog en la orilla, no supo gestionar, se rode de incompetentes y subestim a la poltica. Confi en el poder como un fin en s mismo. Se equivoc.

En algn momento, todos ellos creyeron que alcanzaba con promocionar la transparencia, con difundir ahorros y denuncias. Mal hecho. Gobernar es, aunque con distintos parmetros, administrar con eficiencia los recursos en funcin de grandes, medianos y pequeos objetivos.

Con su ineptitud, los De La Ra, los Cantero y los Passarella encerraron a la sociedad argentina alrededor de un viejo paradigma: es preferible votar al que "roba, pero hace".

Buena parte del xito del peronismo -ese movimiento histrico imposible de explicar- es que los grandes cuadros de su historia nunca tuvieron complejos frente a la corrupcin. Slo por citar dos ejemplos de las ltimas dcadas en democracia, Carlos Menem y Nstor Kirchner llegaron a la primera magistratura con varias denuncias en su haber, pero tambin con gestiones dinmicas, que transformaron la realidad de sus provincias.

La cultura argentina, infectada de corrupcin, prefiere al malo conocido que al bueno por conocer. En la lgica promedio, es mejor que gobierne un corrupto que un paladn de la transparencia, porque en ltima instancia, el corrupto sabe cules son los mecanismos -blancos y negros- para hacer funcionar el Estado. El bueno por conocer, el Cantero, no.

Votamos corrupcin porque los que prometieron manos limpias terminaron hundiendo cada cosa que tocaron. Prendindola fuego. Arruinndola. Mandndola a la B.

Votamos corrupcin hace dcadas y vamos a votar corrupcin varias dcadas ms. En elecciones generales, en los sindicatos y en las cmaras empresariales. Con razn, nos da miedo la transparencia. No cambiamos ms.

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